miércoles, 8 de abril de 2015

¿Por qué la alacena?

Hace algún tiempo, un amigo me regaló un libro, así, porque sí, sin motivo alguno. Uno de esos detalles que te hacen sonreír, pero sonreír de verdad, sonreír por dentro. El libro no venía solo, dentro había guardado este precioso poema.


ONE FOR THE STOREHOUSE

The fading evening light;
Your face
deeply engrossed
in a book;
The stillness
and the noise
of the sea;
All this,
will I put
in my storehouse
of good memories
and hold it
against the coming storms.

Meiling Jin, Gifts from my grandmother


Traducido de aquellas maneras, viene a decir lo siguiente: La tenue luz del atardecer; tu cara profundamente absorta en un libro; la quietud y el ruido del mar; todo esto, lo pondré en mi almacén de buenos recuerdos y lo conservaré contra las tormentas venideras.




Aunque el poema habla de un almacén, yo siempre pensé en una alacena, porque es una palabra que me encanta y porque en una alacena guardamos cosas frágiles, delicadas. La imagen me parece preciosa y perfecta. Almacenar buenos recuerdos para echar mano de ellos en los malos momentos. Así que, desde que leí este poema, esa imagen la hice mía y la he utilizado muchas veces. Son muchas las cosas que podemos guardar en la alacena si somos capaces de disfrutar y valorar las cosas pequeñas. Los jabones me han dado mucho y se merecen un lugar aquí, en mi alacena, donde comparten espacio con personas que la vida ha puesto en mi camino como si fueran un regalo, paseos perfectos, lugares que son descubrimientos que compartir, lunas, nubes y cielos imposibles, libros que son refugio, párrafos que un día alguien escribió sólo para mí (de eso estoy segura), canciones que cantar hasta quedar afónica, sonrisas que iluminan los días, y besos y abrazos, sobre todo abrazos... ¡Esta alacena está a tope! Y espero y deseo que la vuestra también ;).


9 comentarios:

  1. Me encanta, me encanta, me encanta... Me encanta la entrada, pero sobre todo, por encima de todo, hasta el infinito y más allá.... lo que más me encanta es que tu alacena esté llena (eso dice mucho y bueno de ti). Te lo mereces. Y se seguirá llenando. Lo sé. Y no admito réplica.

    Un fuerte abrazo (se te ha olvidado mencionar los muchos abrazos que seguro tendrás en la alacena)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, veo que la has leído tan rápido que no has registrado todo ;P, porque los abrazos están, en último, pero no por eso menos importante lugar.

      Gracias, Ana, todos los comentarios me ayudan a seguir adelante, pero cuando son tan espontáneos y entusiastas, van directamente a la alacena ;), porque se convierten en inyección de energía, así, en vena.

      Un abrazo grande.

      Eliminar
    2. Ups, sí ¿quién lo diría? me comí lo de los abrazos por contestarte rápido :) Y dártelo!

      Eliminar
  2. Pero claro, no hay alacena que se llene sola ni experiencia que se convierta en buen recuerdo espontáneamente... Es necesario caminar por la vida con los ojos muy, pero que muy abiertos para apreciar qué pequeñas cosas, qué minúsculos instantes vividos merecen ser atesorados para levantar una barrera contra futuras tempestades. Se trata de una suerte de sensibilidad conocida como"limpieza en la mirada" que Bea acumula por arrobas y que se empeña en contagiar a todos los que tenemos la fortuna de contar con su amistad.
    Felicidades por conseguir que tu jabón sirva también para cuidar nuestra higiene de espíritu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué puedo decir...! ¿Cómo lo haces para dejarme siempre sin palabras? Tienes un don, una hermosa capacidad para llegar directo al corazón de las personas con unas cuantas y preciosas palabras. Gracias por el libro, gracias por el poema, gracias por estar, discreto, pero constante... ¡Qué suerte tengo! :)

      Eliminar
  3. Presuntuosamente y con cierto orgullo, aunque no sea mi estilo, estoy segura de que en algun rincon de tu alacena, quiza en el mas escondido y lleno d polvo, al lado d algun tosco jabon, estan alguno d mis abrazos, de risas surgidas a borbotones. de algun paseo sin destino teñido d otoños y, como no..de alguna lagrima vertida sin motivo.
    Gracias por tu blog y por tantas otras cosas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los buenos recuerdos jamás ocupan lugares polvorientos, no es posible porque, aquello de lo que echas mano con frecuencia, siempre está limpio y ventilado. Gracias por tus palabras, por tu visita y por tu respaldo, significa mucho para mí.

      Eliminar
  4. Te admiro como jabonera ,y lo sabes, pero me derrito cuando te pones farera. Ahora no podrás evitar que me cuele entre recuerdos, jabones,libros y poesías que habitan tu alacena para completar esa historia tan especial de libros "kinder sorpresa" que me ha encantado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta que me digas "farera" :). Hay mucha "farera" por aquí suelta, ¿por qué será? Será que algo nos lleva a encontrarnos sin remedio.
      Los libros son ellos y las historias que los acompañan, que a veces los revisten de un encanto irresistible y los convierten en inolvidables. Me gusta tu manera de explicarlo, un libro "kinder sorpresa", ¡ja!, igualito que una barra de jabón, que nunca sabes qué es lo que guardará dentro. Por esa razón, el momento de cortarlos es tan especial.
      Marisol, gracias por comentar, me anima mucho, mucho. Un abrazo

      Eliminar