Así que hacer todo esto con un fin concreto, sin que sea solamente jugar por jugar, me ha encantado. Estoy aprendiendo, y resulta mucho más divertido y eficaz aprender cuando se tiene un objetivo. Para formular este jabón, tuve que investigar sobre aquellos aceites más idóneos para pieles grasas y/o acnéicas y sobre los aditivos más convenientes. Y así fue como opté por un sobreengrasado (SE) a base de aceite de jojoba y aceite de avellana, porque ambos aceites combinan la capacidad de hidratar profundamente la piel con la acción reguladora de las glándulas sebáceas. Lleva también arcilla verde, adecuada por su acción purificante y antibacteriana, y aloe vera con propiedades astringentes, antiinflamatorias y cicatrizantes. ¡Ah, se me olvidaba! Los aceites esenciales, litsea-cubeba, árbol del té y lavanda, son apropiados para pieles grasas, por supuesto.
La receta del jabón facial para pieles grasas quedó así:
- Aceite de oliva, 630 gr.
- Aceite de palmiste, 184 gr.
- Manteca de karité, 126 gr.
- Aceite de ricino, 91 gr.
- Estearina, 90 gr.
- Aceite de avellana, 80 gr. (SE)
- Aceite de jojoba, 20 gr. (SE)
- Arcilla verde, 30 gr.
- Aloe vera, 50 gr. (descontados del agua)
- Sosa, 156 gr.
- Agua, 348 gr.
- Sobreengrasado, 9%
- Concentración, 31%
*Tanto el SE, como la arcilla y el aloe se añaden en la traza.
Una de las cosas buenas que tiene hacer jabón artesano es que puedes hacerlo justo a la medida de tus necesidades, sean las que sean. Y lo mejor de todo es que, hace unos días, mi amiga me contó que el jabón le está yendo genial y eso me pone la mar de contenta :).
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