Sobre ese estado, cuasi alucinado, hay una entrada muy divertida en el estupendo blog de la maestra jabonera Maribel, titulada Uno de los nuestros, yo no sería capaz de contarlo mejor y con más gracia. Es bueno leerlo cuando estás en esa situación porque te sientes identificado y un poco menos bicho raro... Sientes nervios, emoción, ansia, ansia viva, porque has leído sobre un montón de jabones distintos y tú los quieres hacer TODOS...
En fin, por suerte, esto es pasajero, no desaparece, pero se mitiga y evoluciona (...la verdad es que se sufren recaídas, pero eso no viene ahora al caso ;P). Si al principio cualquier molde te venía bien, luego no, ni mucho menos. Porque un vaso de yogurt está bien como molde de esos primeros jabones, por lo general, más básicos, menos elaborados, pero luego quieres decorar tus jabones y quieres pastillas de las de verdad, rectangulares, de esas de toda la vida (bueno, eso es lo que yo quería...). Si al principio no le das demasiada importancia al olor de tus jabones, luego se convierte en algo fundamental porque, no nos engañemos, ¿qué hace una persona en cuanto coge una pastilla de jabón? Pues llevársela a la nariz, claro. Quieres tus jabones guapos por dentro y guapos por fuera. Y luego los quieres también bien presentados, bien vestidos..., uf, esto es el cuento de nunca acabar.
Pero no hay que olvidar que lo realmente importante está dentro de un jabón y que, incluso aquellos que no nos salen exactamente como esperábamos, si los hemos formulado bien y les hemos puesto cosas ricas, serán todo un regalo para nuestra piel. Me encanta la reacción de las personas que prueban estos jabones por primera vez y es que, una vez superada la absurda antipatía que la mayor parte de la gente siente por las pastillas, nadie quiere volver a oír hablar de gel.
Y si de primeros pasos trata la entrada, creo que el primero, primerísimo de todos es la recopilación de información. Hay que leer, leer y leer... y, depués, leer. Porque hacer jabón puede ser muy sencillo, pero eso no quita para que, antes de ponernos a la faena, estudiemos un poco sobre el asunto en el que nos vamos a iniciar. Que queremos algo fácil y rápido, nos apuntamos a un taller; que preferimos una opción más trabajosa, pero más económica, nos ponemos manos a la obra y nos empollamos el temario vía internet.
Una buena manera de empezar es visitando la página de mendrulandia, fuente inagotable de información que, además de contar con apartados en los que se explican los principales conceptos jaboniles, medidas de seguridad, procesos de elaboración, etcétera, etcétera, tiene un foro estupendo en el que gente muy experimentada y generosa contesta tus dudas con infinita paciencia. Eso por no hablar de su maravillosa calculadora de saponificación, herramienta imprescindible a la hora de formular las recetas de nuestros jabones. Vamos que, hablando de mendrulandia, el eslogan bien podría ser "te hace la vida más fácil" :).
Pero no hay que olvidar que lo realmente importante está dentro de un jabón y que, incluso aquellos que no nos salen exactamente como esperábamos, si los hemos formulado bien y les hemos puesto cosas ricas, serán todo un regalo para nuestra piel. Me encanta la reacción de las personas que prueban estos jabones por primera vez y es que, una vez superada la absurda antipatía que la mayor parte de la gente siente por las pastillas, nadie quiere volver a oír hablar de gel.
Y si de primeros pasos trata la entrada, creo que el primero, primerísimo de todos es la recopilación de información. Hay que leer, leer y leer... y, depués, leer. Porque hacer jabón puede ser muy sencillo, pero eso no quita para que, antes de ponernos a la faena, estudiemos un poco sobre el asunto en el que nos vamos a iniciar. Que queremos algo fácil y rápido, nos apuntamos a un taller; que preferimos una opción más trabajosa, pero más económica, nos ponemos manos a la obra y nos empollamos el temario vía internet.
Una buena manera de empezar es visitando la página de mendrulandia, fuente inagotable de información que, además de contar con apartados en los que se explican los principales conceptos jaboniles, medidas de seguridad, procesos de elaboración, etcétera, etcétera, tiene un foro estupendo en el que gente muy experimentada y generosa contesta tus dudas con infinita paciencia. Eso por no hablar de su maravillosa calculadora de saponificación, herramienta imprescindible a la hora de formular las recetas de nuestros jabones. Vamos que, hablando de mendrulandia, el eslogan bien podría ser "te hace la vida más fácil" :).