domingo, 9 de agosto de 2015

Las cosas del jabón

No es la primera vez que cuento aquí que es muy habitual llevarse alguna que otra sorpresa cuando elaboramos jabón artesano. A veces son desagradables. No gelificó como debía y me quedó un ronchón oscuro en el centro de la pastilla; un color que creía estable mutó y se convirtió en otro horroroso de feo; tenía en mente una decoración y el resultado no tiene nada que ver con lo que yo había pensado; ¡dios mío!, ¿qué le ha pasado a la traza?, ¡esto es puro cemento!, ¿cómo meto yo ahora la percha?... En fin, esas cositas que no esperábamos, pero que ocasionalmente ocurren y nos dan pequeños disgustos..., bueno, y grandes también. Pero no siempre es así, incluso cuando pensamos que hemos metido la pata hasta el corvejón, podemos tener la increíble suerte de que el jabón esté de buenas y nos regale uno de esos resultados inesperados y maravillosos.


Uno de los momentos más especiales en la elaboración del jabón es el momento de cortar la primera pastilla de una nueva barra. Hemos dedicado tiempo y cariño a idear y formular una buena receta, hemos pensado en una combinación cromática perfecta, hemos elegido el aroma adecuado, hemos escogido entre las diferentes técnicas decorativas la que más nos gusta, hemos disfrutado con todo el proceso y, por último, hemos esperado pacientemente a que pasen los dos días de rigor para poder sacar a nuestra nueva "criatura" de su cascarón (vamos, a sacar el jabón del molde, que es que ya no sabe una que inventar para no repetir ochenta veces la palabra "jabón" en una entrada ;P).


Un compañero de mendrulandia comparaba la emoción de cortar esa primera pastilla con la de la mañana de Reyes. Puede parecer una exageración, pero yo creo que es una comparación muy acertada :). Claro que no siempre llegamos a ese momento con ilusión porque, si hemos sufrido alguno de los percances que he enumerado ahí arriba, no estaremos muy ilusionados que se diga. Pues eso es exactamente lo que me pasó a mí con mi último jabón. Había pensado hacer un jabón blanco en su mayoría, con una decoración de remolinos ocultos en amarillo y azul. Esta técnica la explica estupendamente Mónica en su blog, "El arte del jabón", exactamente aquí. Como decía, había pensado, porque se me fue la mano con la batidora y tuve que echar el jabón en el molde casi a paladas... ¡Qué coraje! Aún así, intenté introducir los colores en el blanco a base de darle con mucho ahínco y mucha fe con la espátula y, a pesar de que nada hacía pensar que pudiese remover nada de nada con la percha, le di unos cuantos meneítos por si acaso. Y lo más que pude hacer por la parte de arriba fue una decoración de cuchara..., bueno, no está mal para variar porque no suelo utilizarla mucho...


Cuando llegó el  momento de cortarlo, me esperaba lo peor. Pero ya he dicho que a veces el jabón es generoso y esta vez lo fue. ¡Estoy encantada con el resultado! A ver si soy capaz de repetir el efecto cuando realmente quiera, ya tranquilamente, sin pasar sudores ni disgustos.


Os dejo la receta por si os apetece probarla. A mí me gusta mucho, es muy suave y espumosa. Ya, ya, lo sé, siempre digo lo mismo, pero es que todas lo son. Si es que hay que pasarse a lo natural, que es una gozada.

   - Aceite de oliva, 698 gr.
   - Aceite de coco, 199 gr.
   - Manteca de cacao, 127 gr.
   - Manteca de karité, 115 gr.
   - Aceite de almendras, 67 gr.
   - Aceite de ricino, 29 gr.
      - Sosa, 158 gr.
      - Agua, 294 gr.

   - Sobreengrasado, 10%
   - Concentración, 35 %

Sólo recordar un par de cosas, que esta receta está pensada para unos 1800 gr. de jabón, quién quiera una cantidad distinta, no tiene más que utilizar la calculadora de mendrulandia para reescalar la receta; y que he utilizado una concentración bastante alta, pero este dato también se puede modificar en la calculadora, tenéis enlace directo a la derecha de la pantalla. Y por supuesto que, si os ponéis a jabonear, no olvidéis nunca las medidas de seguridad ;).

2 comentarios:

  1. Me encanta el jabón, te ha quedado unos dibujos muy bonitos. Felicidades
    Besos.

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    1. ¡Hola Puycita! Muchas gracias por tu visita y por tu comentario :). A ver cuando nos sorprendes con alguno de los tuyos, que hace mucho que no publicas... Un abrazo afectuoso.

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